sábado, 23 de noviembre de 2013

Palabras que faltan, palabras que sobran

Como un pucho sin terminar, como un café por la mitad y como mil metaforas careta más; de cosas como estas quiero hablar. Con la palabra en la garganta, con las expresiones en la punta de la lengua que se atropeyan entre ellas formando un matete de ideas que se desfiguran terminando en un malentendido verbal/mental y la opinión difuminada de alguien que se expresa de forma atarantada. 
A base de sonidos que simulan ser palabras vivo y mantengo vivas mis expresiones. ¿Debería ir a un foniatra o a un psicologo? Creo que debería ir a algún sitio donde mi opinión se sienta cómoda de expresar. ¿Careta, hipócrita o respetuoso? Creo que es más miedo al choque ideológico que otra cosa, porque ¿Cómo tener clara tu ideología de vida cuando siempre ignoraste todo aquello que fue ajeno o lejano a vos? ¿Cómo compartir tus ideas si siempre fuiste un egoísta, necio, que jamás pensó en si mismo pero mucho menos en los demás?
Todas esas respuestas no son  más que palabras que faltan generadas por palabras que sobran, una ironía que escapa de mi pensamiento y siempre termina solucionándose con otra pregunta ajena a todas mis respuestas, ese "¿Por qué?" que jamás tuvo respuesta, pero porque jamás tuvo pregunta, hasta ahora, creo. ¿Por qué cuestiono y no tengo tiempo para vivir? mejor dicho ¿Por qué me cuestiono tanto? si por cuestionarme dejo de vivir. Voy perdiendo el hilo de lo que escribo y con ello la coherencia de lo que digo; pero como soy un egoista necio escribo para mi y nisiquiera se que es lo que escribo. 


Esto es parte de una historia que voy a ir publicando cada dos días distintos fragmentos. Por eso ahora puede que se entienda muy poco. 

1 comentario: